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cruz del sur

El miedo...

Tiene el graznido lúgubre
y la palabra dormida
sobre tu boca y la mía.

Tiene su peso cansado
de vigilia ensombrecida
y coraza prevenida.

El miedo...

Sobrevuela nuestro cielo,
amenaza su tormenta
y no tengo otro reparo.

Voy desnuda, desarmada,
desierta

Camino lento, seguro,
directo...

a ponerme a su alcance
a servirle de insignia
a enfrentar, lo que sea...

Sin penas, ceremonias ni guías,
lo que deba ser,
lo que quiero hoy...
que la vida sea.

rojamhel

PS- recuerdos de un naufragio...

4 comentarios

rojA -

la punta de tu espada en el pecho... como siempre
aunque sos más mago que guerrero
y quizás la estrategia aquí y ahora... sea el rendirme a disfrutar... de tus tormentos
:-)

no hay nidos
costas bravas,
que en las brazadas
del ahogado
son ola y no madero, corriente
en vez de junco
y serena... tempestad.

Me gustó encontrar aquí tus huellas. Gracias

Petons Petons Petons....

thiago -

Brillantisima respuesta tanto como el poema.
Pero entonces, ¿debo entender el amor como una lucha continúa, una gran batalla sin estrategias?.
Y puesto que se supone de esta forma, ¿por qué "después de batallar, se hunden silenciosas"? ¿los náufragos al final no anidan nunca?
Petons

rojA -

thiago... :-)
es cierto, el giro tuerce la nave pero no en retirada, sino hacia adelante. Así actúa el miedo en mí, atrayente.
Pero el entrar al torbellino siempre es un riesgoso desafío y en las rutas del amor, brújulas rotas y mapas desvariados... mis hazañas conquistan latitudes y se hunden silenciosas, después del batallar.
...
Son los riesgos, pero los náufragos sabemos del placer infinito de aventurarse... a la mar.
besos

thiago -

¿de qué naufragio...? se puede saber aunque no respondas aquí publicamente...

Al final, en la última estrofa hay un giro; un giro hacia el presente, sin condiciones, como signo de fortaleza, contra ese miedo que quizá causó un naufragio...