oda al desencanto
A veces,
los laberintos se trepan por el alma
como enredadera salvaje
apegándose a la piel.
Mis pensamientos,
que son también mis sentimientos
sin límite traicionan el instinto
de la más mínima y fugaz supervivencia
Y por nombrar el deseo
resulto caprichosa
Por actuar como vivo
parezco indiferente
Por pensar en voz alta
hoy soy la soledad
Y tal vez
sólo de esto se trata.
Saber que no hay lugar,
tiempo, modo ni estío
de sembrar una batalla
donde el campo yace ahogado
por el impulso
del mar
Y tal vez
sea el destino que no existe
La dicha o la condena
de vestir ese enjambre de paredes
ser
piedra y soga
de mi horca sin verdugo
ojos abiertos
y el instante preciso
de saltar
mheL
los laberintos se trepan por el alma
como enredadera salvaje
apegándose a la piel.
Mis pensamientos,
que son también mis sentimientos
sin límite traicionan el instinto
de la más mínima y fugaz supervivencia
Y por nombrar el deseo
resulto caprichosa
Por actuar como vivo
parezco indiferente
Por pensar en voz alta
hoy soy la soledad
Y tal vez
sólo de esto se trata.
Saber que no hay lugar,
tiempo, modo ni estío
de sembrar una batalla
donde el campo yace ahogado
por el impulso
del mar
Y tal vez
sea el destino que no existe
La dicha o la condena
de vestir ese enjambre de paredes
ser
piedra y soga
de mi horca sin verdugo
ojos abiertos
y el instante preciso
de saltar
mheL
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