paralelos secantes
-Vieja
..¿Te acordás del conde Lucanor?-
-Si, KeL, me acuerdo-
-¿Viste que escribió una historia de lo que le sucedió a un hombre por pobreza ?.-
-Mmmmm si-
-Bueno, acá escribí una versión del 2004 para la profe de Lengua -
Tarea de ayer:
José Fulaneti era un chico adinerado de Malvonia. Un día cerró la fábrica de su papá. La situación de su familia cambió y tuvieron que vender muchas de las cosas que tenían y cambiar de vida. Él empezó a quedarse a comer en la escuela.
Todos los días se quejaba del almuerzo. Que no estaba la carne cocida, que siempre lo mismo, no dan servilletas y más. Los compañeros lo miraban sorprendidos hasta que se acostumbraron a sus quejas.
Todo lo que José no comía, otro chico de su mesa se lo pedía. Él se lo daba pero no entendía cómo le podía gustar lo que a él le parecía una asquerosidad.
Sin embargo, un día al salir del colegio lo supo.
En una esquina, un revuelo de guardapolvos y mochilas conocidas le llamaron la atención. Cuando José llegó al lugar, vio a su compañero de mesa revolviendo bolsas de basura y juntando los restos de comida que se podían llevar.
Ninguno dijo nada. José siguió por la calle pensando: Aunque parezca el fin del mundo siempre hay alguien, en peor situación.
KeL González (13 años de K*os)
PS .. da igual, en el Medioevo o el siglo XXI. La historia es la misma. La miseria un espejo. La esperanza un espejismo y los ojos del futuro una punzante observación.
rojAorgullosa
-Si, KeL, me acuerdo-
-¿Viste que escribió una historia de lo que le sucedió a un hombre por pobreza ?.-
-Mmmmm si-
-Bueno, acá escribí una versión del 2004 para la profe de Lengua -
Tarea de ayer:
José Fulaneti era un chico adinerado de Malvonia. Un día cerró la fábrica de su papá. La situación de su familia cambió y tuvieron que vender muchas de las cosas que tenían y cambiar de vida. Él empezó a quedarse a comer en la escuela.
Todos los días se quejaba del almuerzo. Que no estaba la carne cocida, que siempre lo mismo, no dan servilletas y más. Los compañeros lo miraban sorprendidos hasta que se acostumbraron a sus quejas.
Todo lo que José no comía, otro chico de su mesa se lo pedía. Él se lo daba pero no entendía cómo le podía gustar lo que a él le parecía una asquerosidad.
Sin embargo, un día al salir del colegio lo supo.
En una esquina, un revuelo de guardapolvos y mochilas conocidas le llamaron la atención. Cuando José llegó al lugar, vio a su compañero de mesa revolviendo bolsas de basura y juntando los restos de comida que se podían llevar.
Ninguno dijo nada. José siguió por la calle pensando: Aunque parezca el fin del mundo siempre hay alguien, en peor situación.
KeL González (13 años de K*os)
PS .. da igual, en el Medioevo o el siglo XXI. La historia es la misma. La miseria un espejo. La esperanza un espejismo y los ojos del futuro una punzante observación.
rojAorgullosa
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