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cruz del sur

la intriga

la intriga Hace rato que me observa en impetuosa intriga. Sus labios entonados se enfrentan a los míos, sepulcrales como el viento. Y finalmente, venció la intriga pasmosa y se acercó a indagar…

-Vos nunca decís la oración a la bandera ni cantás los himnos en los actos…¿por qué?-
-Mi religión no me permite- contesté conteniendo una sonrisa.
-¿Sos testigo de Jehová?- quiso enterarse, presurosa.
-No- pronuncié a secas
-Entonces…- dudó impacientándose y ya con tono de autoridad compungida.

Podría haberle dado un alegato sobre mi opinión de las marchas patrióticas, mi idea de no nacionalismos, el motivo de involucrar a dios en asuntos de simbolismos fronterizos, o intentar tal vez… mencionar la palabra prohibida, enarbolando esa A en el pecho, que el bueno de Raas me regaló (cuando éramos amigos…)

-¿Cuál es tu religión?- insistió firme ante mí, su subalterna.
Y no me gustó el modo ni el gesto ni su confidencialidad.
Me guardé las conciliaciones, pero la miré a los ojos y le respondí…

-La libertad de pensamiento-

Fin del round.
Dicen los que oyeron que fue agresivo.
Digo yo, que fue distancia. Y creo, que en ciertos momentos y con algunas personas, es mejor así.

rojAmheL

2 comentarios

ines -

compartimos la misma religion !!!!!

Aldana -

Muy bueno... sin palabras...
creo en la libertad de pensamiento.

Aldana