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cruz del sur

refugios

refugios Nos quedamos quietos y callados. Los grillos llenaron la quietud como músicos expertos. Cada uno bebía de su taza humeante y tuve miedo de buscar sus pupilas.

Quería confesar que lo iba a necesitar muchísimo, que lo quería así como era de misterioso y que lo deseaba en cada tramo de sus silencios huraños. Pero si llegaba a encontrarle los ojos …

Era tarde y para entonces, mis límites estaban bien lejos de ser territoriales. Había comprobado que el halago y la ausencia habían funcionado conmigo ésta vez. La voz y la noche. El cuerpo y el alma. Pero no era tan ingenua como para suponer que estaba ahí, abrazada a ese hombre como una garrapata, porque tenía sed de su espíritu.

Me sorprendió reconocerme humana. Distinguir mis errores visibles. Tener necesidades. Sentirme útil. Soñar. Sufrir. Creer. Ser creíble. Ser posible. En un mundo que vomita lástimas, descubrir que el amor está más cerca que cualquier suposición y ningún entendimiento.

Estaba sutilmente acorralada y el camino de regreso estaba escrito en el fuego sin color… de su mirada.

rojAmhieL

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