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cruz del sur

llovizna

Hoy me detuve cerca del cielo, justo cuando las alas blancas de la lluvia despintaban el último rincón azul. Y es bueno recordarse un punto, debajo de ese inmenso manantial entristecido. Es volver a saberse indestructible, con la fragilidad suprema de un instante.

Volví a saborear cada partícula, transparente y peregrina del goteo. Hacía tanto que no amaba un aguacero, que mi piel reverdeció de la nostalgia.

Frío, agua y hielo… lágrimas de vida sobre vida y en el aire una nota de silencio, que es palabra, es augurio y profecía
gota a gota
de mi ser

rojA

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