el film
Diez cuadras de ciudad, son diez historias sin clemencia. Y a nosotros que nos gusta caminar, hay días que nos duele el frío de la sangre
hasta la médula.
Hoy íbamos al cine y el trayecto se pobló de puñales, cortando el cortinado brilloso del invierno. Porque brotan fértiles las manos del hambre o los pies del olvido. Porque huele a pegamento el calor alucinado y se ahoga más hondo en un tetra, la razón
Así de claro, el ver de frente a los ojos puede ser un don o un defecto y él, por ahora se niega a los discursos pero sabe cómo no dolerme a indiferencia y entonces, me sigue los pasos con cautela minuciosa y silencioso vínculo, de observador.
La oscuridad de las butacas nos llevó bien cerca de la última fila y como siempre desde abajo o desde atrás la condición humana se vuelve perceptible, lánguida, palpable
Chicas y chicos ruidosos, kilos de pop-corn fosforescente, golosinas importadas y hasta exóticos platos de menú.
Hombres y mujeres de vivo plumaje, risas sin sonrisa y manos calientes irradiando rezos- neones al dios celular.
Él se recostó en su respaldo, me miró de reojo y bostezó Pobres o ricos es igual. Todos buscan llenarse de algo, que los haga olvidar la realidad .. no?
De acuerdo. Estábamos en un cine, a eso fuimos. Pero la película a la que se estaba refiriendo era otra . Sin principio definido, ni final
rojAmheL
Hoy íbamos al cine y el trayecto se pobló de puñales, cortando el cortinado brilloso del invierno. Porque brotan fértiles las manos del hambre o los pies del olvido. Porque huele a pegamento el calor alucinado y se ahoga más hondo en un tetra, la razón
Así de claro, el ver de frente a los ojos puede ser un don o un defecto y él, por ahora se niega a los discursos pero sabe cómo no dolerme a indiferencia y entonces, me sigue los pasos con cautela minuciosa y silencioso vínculo, de observador.
La oscuridad de las butacas nos llevó bien cerca de la última fila y como siempre desde abajo o desde atrás la condición humana se vuelve perceptible, lánguida, palpable
Chicas y chicos ruidosos, kilos de pop-corn fosforescente, golosinas importadas y hasta exóticos platos de menú.
Hombres y mujeres de vivo plumaje, risas sin sonrisa y manos calientes irradiando rezos- neones al dios celular.
Él se recostó en su respaldo, me miró de reojo y bostezó Pobres o ricos es igual. Todos buscan llenarse de algo, que los haga olvidar la realidad .. no?
De acuerdo. Estábamos en un cine, a eso fuimos. Pero la película a la que se estaba refiriendo era otra . Sin principio definido, ni final
rojAmheL
2 comentarios
rojA -
Mabel A. Castillo -